domingo, 23 de agosto de 2009

Dos años y medio después, voló

Esta es la historia de algo más bien vergonzoso, pero que ha tenido un final feliz, al menos hasta ahora.

En Reyes de 2007, mi mujer me regaló un avioncillo de radiocontrol, de los que venden en el Poly, un "75100 AIRLINE EP RTF". Pero no ha sido hasta ahora, en agosto de 2009, cuando he conseguido que vuele lo suficientemente bien. He aquí la prueba:



Fue, claro, un aporrizaje, pero para ser la primera vez que tenía la oportunidad de intentar aterrizarlo, no me parece que fuese tan malo.

Lo de tardar tanto tiempo en que volase no ha sido por dejar al aparato ahí aparcado (bueno, últimamente sí, pero no antes) o por no intentarlo, lo que pasa es que lo hice bastante atolondradamente. Sirva de ilustración mi aproximación inicial, poco después del regalo, cuando estaba convencido de que esto sería super fácil, que sería cosa de lanzarlo, moverlo un poco para aquí y para allá, y que en seguida me aburriría. Salimos mi mujer, mi hijo y yo (mi hija aún no había nacido) a un lugar cercano del barrio, ciertamente inadecuado, pues tenía bastantes farolas y arbolillos, aunque no tuviesen hojas. Pero eso resultó irrelevante, porque cogí el avión, lo lancé, y ¡pumba!, de morros contra el suelo. Primera hélice rota.

Entonces entré en una espiral de atolondramiento, de la que no salí hasta hace relativamente poco. Visto que de la mano se había pegado el guarrazo, porfié y porfié por despegarlo desde el suelo. Sólo conseguí cargarme la hélice de repuesto, y unas cuantas más que conseguí luego, porque la rueda de cola se descontrola y empieza a virar y se la pega antes de despegar. Y eso que en Internet hay discusiones, y algún video, donde se le ve volar bien.

Por cierto, que no desvelo ningún secreto cuando digo que la gestión de repuestos de aviones de Poly es pésima, pues ya lo dice mucha gente. Salvo en la primera ocasión, que tenían hélices en la misma tienda, y creo que otra, que me tocó un tipo listo en La Vaguada, no conseguí que Poly me sirviese ningún repuesto adecuado del avión. La última vez que lo intenté, meses después de hacerles el pedido me llamaron para decirme que ya estaba... mi pala para el helicóptero. Literal y verídico.

La mayoría de los repuestos, que han sido numerosos y onerosos (un ala, dos morros, muchas hélices, y un variador) los conseguí por Internet en una tienda de Sevilla, Modelismo Mar, en cuya web por cierto aún se ofertan aunque me sorprende que, siendo un modelo tan viejo, sigan en el mercado. Pero es que, visto la fragilidad del avión original (llamémoslo "Bellanca", porque no es que tenga un nombre muy propio) y la lentitud de los repuestos, me puse a comprar otros, a cual peor. Compré otro en el Poly, más pequeño, un mini Falcon; luego dos Mustang en el Carrefour, de juguete pero chulos; un P-38 en un viaje a Alemania; y también otros pequeñitos que se volaban con mucha facilidad.

O sea, un montón de pasta a lo tonto, amén de tiempo robado a la familia (aunque nada comparado con lo que vino luego, lo del ultraligero). Bueno, algunos de los aviones volaban, aunque fuese un rato... el mini Falcon me costaba controlarlo, pero al final aprendí suficiente (y recordé cómo se trepaba a los árboles). Los Mustang eran curiosos; cuando la batería estaba nueva entraban en pérdida en seguida, cuando estaba gastadilla iban bien, y cuando estaba quemada no subían. Un proyecto que me gustaría retomar, aunque probablemente no lo haga, es el de ponerles otra batería. El P-38 voló varias veces, pero luego, sin razón aparente ni golpe importante de por medio, se chungó uno de los dos motores, creo recordar.

A todo esto, las experiencias de vuelo con el Bellanca se limitaban a arrancarlo, intentar que volase, romperle algo, y tener que esperar bastante a conseguir el repuesto. Al principio seguía intentando despegarlo del suelo, y una vez que lo intenté de la mano (que por cierto es como pone en el manual), se la pegó y se rompió el ala parcialmente. Creo recordar que una vez sí lo conseguí; levantó desde el suelo y voló unos 10 segundos, aunque luego se la pegó con una farola (peligrosamente cercana a la A-2, por cierto) y se estampó, rompiéndose no me acuerdo qué; creo que el ala definitivamente. De todos modos, me dio ánimos.

Al final, desesperado, probé de nuevo lanzándolo de la mano y... los experimentos con aviones de juguete debieron servir, porque ¡levantó! Aunque poco duró; intenté darle la vuelta, y ví cómo se precipitaba al suelo. Lo achaqué a mi torpeza (al fin y al cabo, prácticamente era la primera vez que tenía oportunidad de manejarlo), pero el no total fracaso del intento me animó, así que seguí.

Al final, tras varios intentos similares llegué a la conclusión de que había algo mal en el avión, pues cuando conseguía volarlo, y todo parecía ir bien, de pronto se precipitaba al suelo (y en picado, además), sin intervención por mi parte. Gente del club de RC de Tres Cantos me aconsejó que cambiase el variador, cosa que hice, pero sin éxito, pues el nuevo variador parecía que no transmitía la potencia adecuada; tenía que trimarlo un montón, y aún así el motor no conseguía que el avión subiese.

Por el contrario, Hugo, este amigo que vuela en Alcazarén, que también vuela modelos, me dijo que quizás el motor estuviese interfiriendo en la receptora, y que la apantallase recubriéndola con papel de aluminio. Eso hice, hace más de un año, tras la prueba fallida del nuevo variador... y ahí se quedó el avión, pues no volví a probarlo; me había metí ya con lo de los ultraligeros y no podía dedicar tiempo a nada.

Pero esta última vez que hemos ido a casa de Hugo, tras la vuelta en el Tango probé y... ¡voló! Después de tanto tiempo resultó muy satisfactorio, pese al aporrizaje, y me quita una cosita pendiente que tenía. Ahora debería continuar, y aprender a aterrizarlo, y a maniobrarlo bien, y a progresar en el tipo de avión... lo cual quiere decir, que ahora sí que lo voy a dejar almacenado, porque ya me causa bastante problemas el volar en ultraligeros, como para dedicar recursos a los de RC.

Exceptuando, claro, el detalle de que el nene dijo que le había gustado mucho lo del avión. Rescataré uno de los de vuelo super fácil a ver si es verdad que le gusta, y en ese caso sí nos meteremos en más líos. Pero si no, este momento, con un éxito parcial, es bueno para retirarse de una posición insostenible con un mínimo de dignidad...

Imagino que este artículo es especialmente aburrido, pero a mí me hace ilu poder escribirlo. En fin, eso es todo, amigos

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