martes, 8 de abril de 2008

¡Cómo mola esto!

Hace poco he dado un par de clases de ultraligero; la 3ª y la 4ª. Las dos han estado muy bien. La primera fue el miércoles 2 y la dí con Rafa, el dueño de Loring, y fue muy divertida. Parece que este hombre es menos procedimental que el otro instructor, Jesús. Estuvimos manteniendo el rumbo, dando giros, haciendo eses sobre una carretera, ¡y haciendo pérdidas! Fue muy divertido, la verdad. Me decía que los instrumentos eran para comprobar, pero que lo principal es ver la actitud del morro, y ya por fin pude levantar la vista del tablero y mirar afuera, y disfrutar un poco del vuelo. ¡Que está muy bien! Me encantaría hacer viajes largos con un cacharro de estos (o con cualquiera que aguante el viaje, me da igual); por ejemplo, ir a Valencia, o a Logroño, o a León. En fin, todo se andará.

La segunda clase fue el viernes 4, a última hora de la tarde, con Jesús. Este es mucho más de seguir los procedimientos y menos de volar a lo loco, pero a mí eso me parece muy bien. Por comentarios que se oyen está claro que en este mundo de los ultraligeros hay bastante improvisación, y aunque eso es sin duda divertido y gratificante, también resulta peligroso. Parece que hay unos 10-20 accidentes al año (se puede consultar el detalle en el informe que hace la DGAC). A mí no me parecen muchos, pero por lo visto, el índice es más alto que en otras formas de vuelo.

En fin, que a mí el aprender y seguir procedimientos me parece bien. Cuento con que el gusto por el vuelo me lo de el propio vuelo, y no mi ego porque sepa hacer las cosas sin tener que aprender o mejor que los demás, porque está claro que lo último no va a ocurrir. De todos modos, la otra clase también me gustó, porque ya empiezo a controlar el avión y eso, a poder mirar afuera y a levantar los ojos del anemmómetro (que, por cierto, va graduado en km/h) y el altímetro, y a mantener altura y velocidad sin mucha dificultad; al menos, cuando no hay mucho viento. También, las aproximaciones simuladas que hicimos al campo yo creo que no me salieron tan mal.

Por ejemplo: cuando se va por el tramo de vuento en cola, ya cerca del tramo base, hay que poner los flaps a 15º. Para ello, hay que bajar un poco el motor (creo que era a 3.000 rpm), esperar a que la velocidad del aire baje al arco blanco del anemómetro (unos 110 km/h), luego poner los flaps, y luego volver a poner el motor a 4.000 rpm. Cuando se despega, hay que esperar a estar a unos 2.400 pies, y luego ya se pueden limpiar los flaps. Y ahí más o menos llegamos a los olivares y hay que girar para coger el tramo base, y quitar motor para bajar hacia la pista.

En cualquier caso, espero ir cogiéndole el tranquillo a todo esto. Esta semana el pronóstico del tiempo es nefasto: parece que no va a dejar de llover hasta el domingo o, con suerte, el sábado, así que no sé si podré volar. Aunque mi mujer tiene ganas de ver el aeródromo y de que vayamos los cuatro allí; y se me ha ocurrido que le podían dar un paseo aéreo. Así que quizás podamos ir el domingo. Yo sé que le va a gustar, y que le encantaría poder hacer viajes por España en avión. La luna de miel la pasamos nada más y nada menos que en Nueva Zelanda, y nos hicimos más de 2.000 km en coche, yo conduciendo, y ella viendo el paisaje y durmiendo. A los dos nos encantó. Aunque esto del avión va a ser complicado... cuando me saque la licencia, luego veremos a ver si puedo volar, y en qué. Después, a ver cuándo me atrevo yo a subir a alguien más conmigo. Y, finalmente, a ver si ella se atreve a subir conmigo, poniendo así en riesgo a los nenes de quedarse huérfanos de golpe... en fin. Tiempo al tiempo.

¡Ah! Y este jueves comienza la Red Bull Air Race, en Abu Dhabi. Este año me gustaría poder seguirla según va ocurriendo. Creo que la echan en TVE, no sé si en la TDT o dónde. A ver si lo encuentro, lo grabo y lo sigo según va ocurriendo. Me dan una envidia tremenda estos viejales (la mayoría), ahí volando como locos. Lo mismo que me gusta ver documentales y películas de aviación; tengo muchos pendientes de ver. Sé que es un quiero y no puedo, pero por ahora me gusta.

Bueno, pues eso es todo, amigos.

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